Octubre se convierte en un mes especial para la Iglesia Católica, pues se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, un momento para reflexionar sobre la misión evangelizadora y la importancia de llevar el mensaje de Cristo a todos los rincones del mundo. Este año, la jornada tendrá lugar el 20 de octubre, bajo el lema inspirado en el Evangelio de Mateo: “Id e invitad a todos al banquete”.
El Papa Francisco, en su mensaje para esta ocasión, nos recuerda que la misión debe ser “incansable”, reflejando la urgencia y la universalidad del anuncio del Evangelio. En un mundo marcado por divisiones y conflictos, el llamado de Jesús es un anhelo de unidad y fraternidad, invitándonos a reconocer la dignidad de cada ser humano.
La Misión «en Salida»
El Santo Padre destaca que el “drama de la Iglesia” actual es que Jesús sigue llamando desde dentro, esperando que lo dejemos salir para compartir su amor y su mensaje. Este llamado no debe ser visto como un acto de proselitismo, sino como una invitación hecha con amabilidad y respeto. La misión es un encuentro, un compartir del amor salvífico que nos transforma y nos hace partícipes del banquete divino.
Francisco enfatiza que la misión es universal y no debe excluir a nadie. Todos, sin importar su condición social o moral, están invitados al banquete del Reino de Dios. En la parábola del banquete, los últimos y marginados son considerados los invitados especiales, recordándonos que la gracia de Dios está abierta para todos.
La Misión como Testimonio
Cada cristiano tiene un papel fundamental en esta misión. El testimonio personal de fe es un llamado a salir hacia las “encrucijadas de los caminos” del mundo, donde se necesita la luz del Evangelio. La invitación a participar en esta misión es también un llamado a vivir la Eucaristía como una anticipación del banquete final, llevando la alegría y el amor de Dios a todos.
Tengamos en cuenta
En este mes de octubre, invitemos a nuestras comunidades a reflexionar sobre la urgencia de la misión. Participemos activamente en la colecta de la Jornada Mundial de las Misiones, apoyando a aquellos que llevan el Evangelio a territorios donde aún no ha llegado o donde enfrenta desafíos.
La Jornada Mundial de las Misiones es una ocasión para unirnos en oración y acción, recordando que todos estamos llamados a ser instrumentos de paz y de amor. ¡Unámonos a esta misión universal y dejemos que el mensaje de Cristo resuene en cada corazón!