Art. 10 – Formación integral
- 1 – La formación requerida por el Fundador para todos los miembros de la Familia Paulina debe ser una formación integral que involucre a la persona humana en todas sus dimensiones: mente, voluntad, corazón y fuerzas físicas. Todo el ser ha de transformarse y cristificarse en el encuentro con Cristo Verdad, Camino y Vida, como discípulos del Maestro.
- 2 – La formación, para ser integral, integrada y estable, la propone el P. Alberione con la imagen del carro y de las cuatro ruedas: santidad, estudio, apostolado y pobreza (cf. AD 100). Es una especificidad de la visión alberoniana de la persona y de su vida, forma parte de la tradición de la Familia Paulina y debe impregnar el camino de perfeccionamiento espiritual del Cooperador paulino.
- 3 – El itinerario formativo del Cooperador paulino cubre estos ámbitos:
Formación humana – Se realiza cultivando particularmente el don de la vida; el conocimiento de sí mismo y de la propia historia a la luz del Evangelio; los valores de la persona, la familia, el trabajo, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad por la casa común.
Formación cristiana – Implica el fomentar cuanto nos ayuda a “dar razón de la propia fe”: lectura, estudio y meditación de la Palabra de Dios, en particular la vida y las Cartas de san Pablo; lectura y estudio de los documentos de la Iglesia; instrucción y participación activa en la vida litúrgica; vida de oración como relación personal con Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida, en el espíritu de san Pablo apóstol y bajo la mirada de María Reina de los Apóstoles; participación en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía, adorada y celebrada y en la Reconciliación; presencia activa en los momentos fuertes de la vida de la Iglesia local y los programados por la Asociación Cooperadores.
Formación carismatico-apostolica – Se logra comprometiéndose a leer y estudiar los textos y la vida del Fundador y los documentos de la Familia Paulina; a profundizar la identidad y la vocación/misión de los laicos en la Iglesia y en la sociedad, según las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia; a conocer y estudiar el Carisma de la Familia Paulina hoy, incluido lo especifico de los Institutos que la componen.
Formación al estudio – Abraza el conocer los medios, las formas y el lenguaje de la comunicación social, de la liturgia y de la pastoral, y como aplicarlos en la evangelización; estar al tanto e informarse sobre las realidades religiosa, social, cultural y política de la propia nación para una mejor “mediación” e “inculturación” del Evangelio en las realidades humanas y empapar el pensamiento y el saber humano de las categorías del Evangelio que es luz y sal del mundo (cf. AD 87); saber la historia y la vida de la Asociación Cooperadores Paulinos; perfeccionarse siempre por el conocimiento y estudio de la propia vida profesional; cultivar el compromiso de “aprender de todo y de todos ” en el día a día de la vida.