LA MUJER ASOCIADA AL CELO SACERDOTAL

Beato Santiago Alberione (Entrega 8) Capitulo IV (2 parte)

CON JESÚS Y LOS APÓSTOLES  

En esta segunda parte del capítulo IV nuestro beato Santiago Alberione describe brevemente las mujeres que con su misión acompañaron a Jesús y a los Apóstoles.

Relacionemos la misión de las mujeres de nuestras familias con la que realizaron María la madre de Jesús, la profetisa Ana, la Samaritana, las piadosas mujeres, entre otras, y reflexionemos cómo es nuestra cooperación hoy en día con nuestra Iglesia.

Al nacer el cristianismo, la historia nos habla de un feminismo que nada tiene que envidiar al del siglo XXI, si es que no lo supera en varios aspectos. Jesús niño es presentado en el templo; allí, junto a Simeón, hay una mujer que lo proclama como el Mesías esperado: “Había también una profetisa, Ana… No se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento (mientras Simeón tenía en brazos a Jesús), daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén”.

Más tarde Jesús convierte a la Samaritana y ella, transformada de pecadora en apóstol, encamina hacia Jesús a sus conciudadanos, que luego creen en él. Jesús se mueve de ciudad en ciudad, de aldea en aldea; y he ahí a las piadosas mujeres que lo acogen, le sirven, y hacia él encauzan al pueblo. Jesús acaba de resucitar y se manifiesta en primer lugar a María Magdalena y a las piadosas mujeres, a quienes hace anunciadoras del gran acontecimiento; en efecto el ángel del Señor les dice. “Marchaos, decid a sus discípulos y en particular, a Pedro: ‘Vayan delante a Galilea allí lo verán, como les había dicho”’.

Siempre que la predicación apostólica encontraba obstáculos de todas clases, la mujer educaba en el cristianismo los corazones desde la intimidad de la vida doméstica, y con una eficaz propaganda privada llevaba la religión a todas partes, sin excluir los palacios imperiales.

El Apóstol Pablo recuerda el nombre de varias mujeres que le habían prestado gran ayuda: “Os recomiendo a Febe, diaconisa de la iglesia de Céncreas”, dice a los romanos (cap. 16), ella se ha hecho abogada de muchos, empezando por mí. Recuerdos a Prisca y Áquila (dos esposos) colaboradores míos en la obra de Jesucristo, por salvar mi vida se jugaron la cabeza, y no soy yo solo quien les está agradecido, lo mismo todas las iglesias del mundo. Saluden a la comunidad que se reúne en su casa (los que este hombre y esta mujer acogían para la fracción del pan y para oír la palabra de Dios). Recuerdos a María, que ha trabajado tanto por nosotros (es decir por el Evangelio)… Recuerdos a Trifena y Trifosa, que trabajan duro por el Señor. Recuerdos a mi amiga Pérside que ha trabajado tanto por el Señor”. No muy distintos son los saludos que san Pablo dirige a varias otras mujeres en las cartas a los colosenses, a los filipenses, la segunda a Timoteo, etc.

Había dos clases de personas que cooperaban, casi por profesión, con los apóstoles: eran las denominadas profetisas y las diaconisas. Las primeras por una gracia especial habían recibido del Señor el espíritu de profecía (en sentido amplio) y explicaban también al pueblo los sentidos arcanos de las Escrituras, particularmente las proféticas, así como los misterios de la fe; de ellas se habla en algunas de las Cartas y en los Hechos de los Apóstoles.

Las diaconisas perduraron muchos siglos en la Iglesia, en algunos lugares hasta el siglo XVI. Eran vírgenes o viudas, de acendrada virtud, escogidas por el obispo, admitidas al servicio de la Iglesia con una bendición especial. Entre sus cometidos, los principales eran: asistir al bautismo de las mujeres, instruir a las catecúmenas y a otros en las verdades de la fe, visitar a las enfermas especialmente para disponerlas a recibir al sacerdote, vigilar la entrada y salida de las mujeres en la iglesia, etc. Tertuliano y san Clemente Alejandrino testimonian muy bien de sus méritos en favor de la Iglesia y de la fe.

Rosalba Correa de Clavijo

Cooperadora Paulina

                               (Continuará)

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