5.3 “Atan cargas pesadas y las colocan sobre las espaldas de la gente” (Mt 23, 4)
En el hebraísmo “atar/soltar” es una expresión que indica la actividad legislativa de los escribas y fariseos, su autoridad de decidir lo que está prohibido y lo que está permitido, su poder de admitir o de excluir de la comunidad.
La “cerca”, que ellos habían levantado alrededor de la Ley mosaica para preservarla de toda violación o profanación, se había hecho cada vez más fuerte. Los preceptos que se debía observar ya habían llegado a 613, de los cuales 365 eran negativos (como los días del año) y 248 positivos (como eran las partes del cuerpo humano, según los antiguos).
También estaba codificado un elenco de 39 trabajos que no se podían hacer en el día sábado (como prender el fuego o trasportar un herido). Estaba vigente la detallada casuística del Levítico sobre lo que era “puro” e “impuro”. Y las minuciosas disposiciones referentes sobre lo que favorecía o impedía el culto (como el tocar un cadáver o acercarse a un leproso: Cf 11, 15).
En su actividad de Maestro/Intérprete de la Ley, Jesús no duda en abrir un espacio en esa tupida “cerca” y darle libertad a los destinatarios de su Palabra, sofocados por esas “pesadas cargas”: “Vengan a mi todos ustedes los que están cansados, llevando pesadas cargas y yo los aliviaré” (Mt 11,28, donde en el texto original aparece el mismo término “pesadas cargas”, como aparece en el capítulo 23).
(Continuará)