Mi primera experiencia como cooperador paulino, la viví de la mano espiritual del padre Ciro Alfonso Quintero quien, con su vocación de servicio y entrega, nos fue marcando el camino, por medio de la formación en el conocimiento de la espiritualidad paulina.
Yo inicialmente lo hice como observador, pero con el tiempo me fui interesando, dado que: las lecturas de las revistas paulinas, las charlas de formación en las reuniones mensuales, y las experiencias vividas con nuestros compañeros, de ayuda, afecto, humildad, su gran compromiso con la comunidad, me fundamentaron mi misión.
Pero lo que más me marco en este caminar paulino, fue haber saboreado la lectura de la vida de nuestro fundador el Padre Beato Santiago Alberione, su humildad extrema, su espiritualidad, su gran Pasión por el proyecto paulino, iluminado en esta gran noche frente al Santísimo, donde vislumbró y fundamentó toda una perspectiva de evangelización a través de los medios de comunicación social y me llamó la atención, que a los primeros invitados a su proyecto fue a los Cooperadores Paulinos, a nosotros los laicos.
Un aspecto importante y digno de resaltar es admirar y reconocer esta tarea titánica de evangelización a través de los medios escritos que desarrolla la comunidad paulina en diversos países y el haber perpetuado este proyecto durante todos estos años, demostrando que Dios, la Santísima Virgen y nuestro fundador Padre Beato Santiago Alberione, nos continúan acompañando.
Ha sido una gran experiencia haber desarrollado proyectos de ayuda a las comunidades vulnerables, sitios de reclusión, fundaciones y comunidades educativas.
Quiero resaltar el gran trabajo de formación últimamente desarrollado por nuestro director el padre Gustavo Nova, quien en las reuniones de formación nos ha fundamentado en la espiritualidad paulina, el conocimiento del pensamiento de nuestro fundador, la profundizaciónen la palabra de Dios y como culmen de todo, la celebración de la Eucaristía.
Invito a los compañeros cooperadores de nuestra Familia Paulina a transparentar nuestra espiritualidad en todas las actividades que desarrollamos a nivel de familia, profesión, gruposlaicales, con el propósito de transcender en estos espacios, para que ayuden a fortalecer y reconstruir nuestra misión de evangelización en todos nuestros contextos.
