Art. 6 – Características del Cooperador paulino
- 1 – El Cooperador paulino, aceptando su llamada a vivir el Evangelio como laico en el mundo, siendo miembro de la Familia Paulina, se compromete a encarnarlo en la vida cotidiana, según las orientaciones de la Iglesia, que invita a los laicos a “a participar de manera más intensa en la espiritualidad y en la misión de los diversos Institutos religiosos” (Vita consecrata, 54).
- 2 – Pueden ser Cooperadores paulinos los cristianos católicos de cualquier condición cultural y social, sin límites de edad, que, conscientes de la propia votación bautismal, se comprometen a vivir la espiritualidad y la misión paulina en el propio estado laical y se proponen colaborar para realizarla, encontrando así una preciosa oportunidad para cumplir la propia vocación cristiana, empleando los propios dones y haciendo fructificar los talentos recibidos del Señor.
- 3 – Hombres y mujeres de buena voluntad, incluso de otras confesiones, religión y cultura, simpatizantes del carisma paulino, pueden compartir las iniciativas locales y nacionales y ofrecer su colaboración.
- 4 – Para situaciones particulares “irregulares” se deberán seguir las directrices de la Iglesia