- Contenido del libro
Una rápida síntesis de los múltiples argumentos propuestos en MA nos lleva a resaltar al menos estas afirmaciones:
– la relación hombre-mujer no se realiza sólo en el matrimonio, pues cabe y debe actuarse también en una asociación apostólica entre mujeres y sacerdotes;
– la pastoral tiene que renovarse adoptando la colaboración de la mujer, como primer y más importante medio para llegar a la salvación de las personas;
– la cura de almas tiene que renovarse asumiendo la modernidad, entendida como el conjunto de los instrumentos nuevos y eficaces en la actividad pastoral -por ejemplo, las redes sociales para llegar a toda la sociedad de hoy, que cada vez más y de manera hostil va separándose de la Iglesia. Pueden considerarse emblemáticas, en tal sentido, al menos algunas afirmaciones:
“Quien redujera su vida sacerdotal a la misa y al breviario; o bien quien escribiera en la propia bandera y tomara como lema sólo estas palabras: Yo-Dios, ese tal no sería un sacerdote: le iría mejor el claustro” [MA 16].
“Téngase pues como lema: Yo-Dios-Almas-Pueblo” [MA 17]. “El sacerdote sin la mujer perdería tres cuartas partes de su influjo en la sociedad; la mujer sin él lo perdería todo. Así como entre Dios y el hombre está el sacerdote, así entre el sacerdote y el hombre está la mujer, anillo de conjunción” [MA 66].
“Si hoy se dan nuevas formas de inmoralidad, es porque el espíritu del mal se vale de todos los aportes de la civilización, especialmente del actual espíritu de asociación, organizando el mal. Hay que ahorrar inútiles quejas, y darse cuenta en cambio de que debemos servirnos de todos los progresos modernos para el bien, particularmente de la asociación” [MA 171-172].
Un párroco muy celante decía: «Hay que ensanchar según las necesidades de hoy los fines de las asociaciones de antes». Y efectivamente, puesto que nadie dudará de esta verdad: hay que escoger los medios más convenientes al fin propuesto. Hoy sería ridículo obstinarse en usar los sistemas primitivos de navegación, de prensa, de táctica militar, etc. La religión, los dogmas, la moral cristiana son inmutables en su sustancia, pero progresa nuestro modo de conocerlos y de aplicarlos. La Iglesia católica es indefectible y de la palabra del Evangelio no caerá ni siquiera una tilde: pero la Iglesia y el Evangelio tienen también una admirable facilidad de adaptarse a los tiempos y a los hombres [MA 318-319].
El P. Alberione pretende renovar medios y formas del ministerio pastoral para responder mejor a las necesidades de los tiempos. Él sabía bien que lo nuevo de ayer es lo viejo de hoy.
Renovarse ha sido su reto y sigue siéndolo para los herederos de este texto: captando lo que en él hay de perenne, es preciso encontrar medios y formas para traducirlo en hechos hoy. Vale aún la pena creer, como el P. Alberione, que toda iniciativa pastoral o apostólica pensada y realizada sólo en masculino, excluyendo a la mujer o compitiendo con ella (o sólo en femenino, compitiendo con el hombre) estaría destinada al fracaso.
En el trasfondo de MA vige una propuesta de sinodalidad o «cooperación», «asociación» o alianza por parte del Fundador para que su Familia llegue a ser sujeto unitario, tanto de la formación de los propios miembros, como de la misión paulina, la cual, centrada en la comunicación, ha de realizarse en una Iglesia y en un mundo llamados a transfigurarse juntos en una sola familia, de Dios.
Así las cosas, una obra como MA, aun siendo tan “vieja”, cobraría realidad en su valor carismático más nuevo. Porque lo que dura, al menos cuanto el árbol, ¿no son sus raíces? Y tan actuales por lo menos cuanto la «casa», ¿no son quizás sus fundamentos?
Ángelo Colacrai
(Continuará)
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ROSALBA CORREA DE CLAVIJO
Cooperadora Paulina