
Comenzamos este 2022 bajo el signo de la esperanza, y con el firme propósito de seguir respondiendo a nuestra vocación cristiana y paulina, no obstante las circunstancias adversas que se sienten aún a consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Comenzamos este 2022 bajo el signo de la esperanza, y con el firme propósito de seguir respondiendo a nuestra vocación cristiana y paulina, no obstante las circunstancias adversas que se sienten aún a consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Los sentimientos que animan nuestra vida cristiana y paulina en este mes, son sentimientos de gozosa espera, de serena vigilancia, de esforzado compromiso de preparación para la llegada del Señor.
Noviembre es también el mes que trae a nuestro corazón y a nuestro recuerdo el testimonio y la memoria de nuestros hermanos y hermanas en la fe que ya fueron “llamados a calificar servicios” mediante la muerte.
En la Familia Paulina este mes de octubre representa una providencial ocasión para renovar nuestra identidad de discípulos y discípulas.