LAS HUELLAS DEL MAESTRO

En la Familia Paulina este mes de octubre representa una providencial ocasión para renovar nuestra identidad de discípulos y discípulas.

Me complace mucho saludar por este medio a cada uno de los miembros de la Familia Paulina y a todos los demás internautas que ingresen a este nuevo formato on-line de nuestra tradicional revista El Cooperador Paulino. Los desafíos planteados por la pandemia del Covid-19, y la esencia misma del carisma paulino, nos han motivado a acudir a las maravillosas posibilidades de la internet y las plataformas digitales de comunicación para mantener puentes de interacción con Ustedes. En ese sentido, deseamos invitarlos a participar activamente en este espacio, haciéndonos llegar sus comentarios, sugerencias, preguntas, aportes e informaciones que consideren oportunos.

En la Familia Paulina este mes de octubre representa una providencial ocasión para renovar nuestra identidad de discípulos y discípulas. En efecto, honrar y celebrar a Cristo como nuestro Maestro Camino, Verdad y Vida, nos estimula a recordar y actualizar la esencia de nuestro carisma paulino en el seguimiento de aquel Maestro que estamos llamados a vivir y comunicar. Y en el contexto de este Año Bíblico que estamos viviendo como Familia, tenemos este mes la oportunidad de meditar a la luz de los evangelios y la enseñanza de san Pablo en sus cartas, cuáles son las huellas del Maestro Divino que debemos seguir, para en verdad seamos sus discípulos/as y nos configuremos cada vez mejor con Él.

No olvidemos la insistencia de nuestro Beato Fundador en la necesidad de modelarnos a imagen de Jesucristo, para poderlo anunciar y comunicar al mundo mediante nuestra misión apostólica. Más que una devoción, para nosotros es un programa de vida que lo abarca todo, pues “El espíritu de un Instituto se define como «un modo característico y permanente de ver, sentir y querer hasta reproducirlo en la vida». En el fondo se reduce a esto: vivir íntegramente el Evangelio de Jesucristo camino, verdad y vida como lo interpretó san Pablo, bajo la mirada de María, Madre, Maestra y Reina”. (UPS, I, 51).

Dios quiera que este mes podamos crecer en el conocimiento y amor al Divino Maestro, para que sigamos sus huellas con mayor fidelidad, ya que, a decir del P. Alberione, citando a san León Magno,

“En vano nos llamaríamos cristianos si no nos conformáramos con Jesucristo, que se declaró camino para que la vida del Maestro fuera forma para el discípulo”.

Bendiciones y hasta pronto,

P. Danilo Medina L., ssp,
P. Danilo Medina L., ssp,

superior provincial

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