PARA CONOCER A JESÚS MAESTRO
LOS CUATRO EVANGELIOS PARA EL DISCÍPULO DE NUESTRO TIEMPO
Cómo nacieron los Evangelios: de Jesús a los cuatro evangelistas
Los Evangelios no fueron escritos de inmediato ni completamente. Entre su origen y su fijación escrita pasa por un largo arco de tiempo que, partiendo del año 30 d.C., se extiende hasta cerca del año 80 d.C. Los estudiosos, siguiendo el magisterio de la Iglesia sobre el origen de los Evangelios (en particular la Constitución conciliar Dei Verbum), han evidenciado tres etapas a lo largo del proceso que ha conducido hasta la actual conformación. En el trasfondo de estas etapas es posible entrever cuanto Lucas escribe en el prólogo de su Evangelio (1, 1-4).
b) La segunda etapa es la que se refiere a la predicación de los apóstoles. Ellos, iluminados por la Pascua y sostenidos por el don del Espíritu Santo en Pentecostés, recogieron y transmitieron a viva voz la enseñanza de Jesús. Su predicación estaba centrada sobre todo en el hecho decisivo de la vida de Jesús: su pasión, muerte y resurrección. Es esto lo que viene llamado con la palabra griega kerigma, es decir anuncio fundamental del Evangelio: “Jesús murió según las Escrituras y resucitó al tercer día según las Escrituras”. De esa predicación de los apóstoles se comenzó ya hacer alguna recopilación escrita, de la cual los evangelistas se servirán.
La Dei Verbum afirma al respecto: “Los apóstoles, luego, después de la ascensión del Señor, trasmitieron a sus oyentes aquello que él había dicho y hecho, con esa comprensión más completa con la cual ellos disfrutaban, enseñados por los acontecimientos gloriosos de Cristo e iluminados por el Espíritu de verdad” (n.19).
Es cuanto afirma el evangelista Marcos al inicio (1,1) de su escrito sobre Jesús: “Inicio del evangelio de Jesús, hijo de Dios”, que puede entenderse así: “Esta es la buena noticia: Jesús es el Cristo (el Mesías salvador) y el Hijo de Dios (el único Señor)”