ARMANDO BARBA RECUERDA A SU ESPOSA +LUZ MARINA BETANCUR

Nuestro noviazgo duro 8 años, que nos sirvió para conocernos mejor y fundamentar nuestro proyecto de vida donde buscamos también realizarnos como personas individuales.

Nuestro noviazgo duro 8 años, que nos sirvió para conocernos mejor y fundamentar nuestro proyecto de vida donde buscamos también realizarnos  como personas individuales. Nos casamos el 06  febrero de 1982 mi esposa de 24 años y yo de 25 años, fuimos a la misma  universidad  juntos pero estudiamos carreras diferentes están casados y fuimos profesionales mi esposa contadora pública y yo administrador de empresa. Nuestros dos primeros hijos los tuvimos siendo todavía estudiantes de la universidad; luego entramos al Instituto de la Santa Familia por medio de una invitación del diacono Alberto Vidal, hicimos un camino por más de 20 años como pareja y lo que más nos gusto fue el acompañamiento de los sacerdotes en los retiros mensuales y anuales que nos sirvió para perfeccionarnos en Cristo Jesús.

Una anécdota de nuestra de vida que nos marcó por el resto de nuestro camino fue cuando nos endeudamos y llegó el momento de la devolución. Estábamos en déficit  financiero y no podíamos pagar. Colocamos esta dura situación en mano de Dios por medio de la oración constante  en pareja. Nos  dijimos que se hiciera  la voluntad de Dios  y si la única opción era vender nuestra casa estaríamos dispuestos a ello.

Después de esto la Providencia intervino: recibimos la llamada de una entidad bancaria que nos ofrecía un préstamo para cubrir todos nuestros créditos, cuyo valor era exactamente el valor a pagar de todas nuestras deudas.  A raíz de esta situación sentimos que Dios había escuchado nuestra oración mandándonos esta gran bendición.  En adelante todo proyecto espiritual y material lo colocábamos en las manos de Dios  y que se hiciera su voluntad.

Frases y palabras que usamos en nuestra familia: “Si Dios  quiere”  “Que Dios lo bendiga” “Gracias” “Perdón” “Que se haga la voluntad de Dios” “Todo llega a la hora del Señor”.

Como todo matrimonio tuvimos nuestras dificultades y discusiones entre pareja   donde siempre buscamos la solución, pero no la separación. La frase predilecta era: “No le demos gusto al demonio”

Al principio de nuestra relación matrimonial vivíamos en el mundo más no  en los caminos de Dios. Al pasar el tiempo y  con  más  conocimientos sobre el Señor fuimos  llegando a los caminos y amor de Dios.  Esta parte me parece muy importante porque  nos consolidamos en  una  sola carne  donde mente, voluntad y corazón estaban unidos, ya que a veces nuestros pensamientos coincidían  en las decisiones a tomar.

¡Gracias, Luz Marina!

Armando Barba Barba.

 

Ah, hola

Regístrate para recibir contenido genial en tu bandeja de entrada, cada semana.

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Cooperador Paulino
Cooperador Paulino
Artículos: 229

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *