Lo que os alimenta es el espíritu paulino... Tenéis una espiritualidad cristiana paulina. Nada más. Es decir, la espiritualidad cristiana como la interpretó san Pablo. ¡No hay nada más!... Nuestro espíritu es el Evangelio (FSP-SdC, pp. 62-63).
"En la escucha del Espíritu, en el diálogo, en la implicación sinodal, trataremos de ser siempre más comunidades de la Palabra, comunidades “transfiguradas”, que proclaman el Evangelio sobre todo con el testimonio de vida" (Hacia el intercapítulo")
Estamos iniciando el mes de junio, que para nosotros representa una nueva oportunidad de crecer en nuestro aprecio y devoción por el Apóstol San Pablo, por su vida, sus escritos, su testimonio de santidad apostólica, su apasionado fervor por Cristo y por su Evangelio.
Ya tenía nuestro seminarista un ambicioso programa; pero en la práctica, ¿qué es lo que podía hacer inmediatamente? Prepararse. Y empezó a hacerlo tan seriamente, que ya en el segundo año de filosofía se operó en él un cambio visible de costumbres: cada vez se volvió más solitario, como se dirá muchas veces en el curso de su vida. Ya entonces “estaba completamente encerrado en sus pensamientos”.
Los Cooperadores están pensados así: Personas que entienden a la Familia Paulina y forman con ella una unión de espíritu y de intenciones. En el modo en que puedan, abrazan, los dos fines principales y dan el aporte posible (AD, Apéndice VI, 341).