
El día en que celebramos la feliz memoria del apóstol san Pablo, patrono y protector de la Familia Paulina, hemos sido bendecidos con el llamado al orden de los diáconos de Miguel Ángel Arellano.
El día en que celebramos la feliz memoria del apóstol san Pablo, patrono y protector de la Familia Paulina, hemos sido bendecidos con el llamado al orden de los diáconos de Miguel Ángel Arellano.
Como Familia Paulina, iniciamos este mes de julio iluminados por la intención mensual que nos propone la Agenda Paulina, y que se inspira en las enseñanzas y oraciones que nos legó nuestro Beato Fundador: “Jesús Maestro, te doy gracias y…
Lo que os alimenta es el espíritu paulino... Tenéis una espiritualidad cristiana paulina. Nada más. Es decir, la espiritualidad cristiana como la interpretó san Pablo. ¡No hay nada más!... Nuestro espíritu es el Evangelio (FSP-SdC, pp. 62-63).
Estamos iniciando el mes de junio, que para nosotros representa una nueva oportunidad de crecer en nuestro aprecio y devoción por el Apóstol San Pablo, por su vida, sus escritos, su testimonio de santidad apostólica, su apasionado fervor por Cristo y por su Evangelio.
Ya tenía nuestro seminarista un ambicioso programa; pero en la práctica, ¿qué es lo que podía hacer inmediatamente? Prepararse. Y empezó a hacerlo tan seriamente, que ya en el segundo año de filosofía se operó en él un cambio visible de costumbres: cada vez se volvió más solitario, como se dirá muchas veces en el curso de su vida. Ya entonces “estaba completamente encerrado en sus pensamientos”.