LOS COOPERADORES PAULINOS ME ABRIERON EL CORAZÓN Y ME VOLVIERON A LA VIDA

Les presento a nuestra compañera: Flor María Forero de Pinzón, mujer con gran carisma y humildad que la caracterizan; me permitió entrar en su vida, llena de muchas experiencias que la han forjado en el tiempo.

Nació en Bogotá de familia muy católica y trabajadora: su padre, Cándido Forero, laboraba en el transporte de carga, y su madre, María Marta Parra de Forero, modista. En el dialogo sostenido cuenta que su niñez fue muy difícil, debido a la separación de sus padres y a las situaciones que se presentaban en esta época, y a pesar de las penurias económicas, terminó su primaria en el Instituto Central.

Luego consiguió un cupo para iniciar el bachillerato, pero estando en segundo grado, sucedió lo inesperado. Comenta ella: “Perdí el cupo porque no fui a desfilar ante el Doctor Laureano Gómez, quien era el presidente en aquella época”.

“Mi vida está llena de anécdotas dice Florecita: “Un día mi hermana mayor, me dijo, vamos para la misa. Al ingresar a la Iglesia me hizo pasar a confesarme y luego a recibir el cuerpo de Cristo; yo muy juiciosa hice lo que mi hermana me indicó y finalmente me dijo que esta era mi Primera Comunión. Al llegar a casa le comenté a mi madre y ella no estuvo de acuerdo.

Pasado el tiempo mi hermana mayor me ayudó a conseguir el primer empleo en la radio, de aquella época, y pude ingresar a estudiar secretariado, graduándome de bachiller por radio.

¡Ah tiempos maravillosos! También conocí el amor de mi vida: Hernando, con quien compartí 24 bellos años de matrimonio, cuyo fruto fueron tres adorables hijos ya profesionales, dos nietos y tres bisnietos.

Su gran vocación era el Trabajo Social, se presentó a examen de admisión para estudiar esta carrera en la Universidad Nacional, logrando el cupo. Dice ella: Mis hijos también se presentaron, pero la favorecida fui yo.

Una vez graduada de la Universidad Nacional como Trabajadora Social, a los 55 años, con la ayuda de Dios, logró conseguir un empleo en una Fundación Social, atendiendo población vulnerable, ubicada en el municipio de Funza allí ayudó a familias en la solución de muchas problemáticas, labor que realizó durante 16 años, cuando le diagnosticaron, una enfermedad llamada: Cúmulo de emociones de sufrimiento sin expresar lo que hizo contraer sus cuerdas vocales, afectando su voz. Pero con la fe y la confianza en Dios encontró en la Parroquia la Epifanía al Padre Teófilo Tovar, quien le hizo comprender el plan maravilloso de Dios para su vida, lo que le permitió ser Ministra de la Sagrada Comunión, integrándola así a la comunidad parroquial.

“En el año de 1992 conocí la Familia Paulina por medio del Padre Floro, quien me invitó a formar parte de la Asociación de Cooperadores Paulinos, asistí a la primera reunión y tuve una gran acogida, amor; siento que ellos me abrieron su corazón y me volvieron a la vida. Los Cooperadores Paulinos son mi familia: restablecieron mi vida social, espiritual y he aprendido a amar más a Dios. Cada día siento que se refuerza mi fe”.

Reconocemos y valoramos la gran presencia de Florecita en la vida paulina:

Ministra de la Eucaristía en las Clínicas Colombia y Méderic, parroquia de la Epifanía y Comunidad de los Paulinos.

Participación activa en todos los proyectos desarrollados por la Asociación de Cooperadores Paulinos, ejemplo de vida, humildad, solidaridad, servicio, bondad, entre otras cualidades que la hacen florecer en el lugar donde ella se encuentra. Muchas gracias, Florecita. 

José Herman Clavijo Estupiñán cp

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