Un sacerdote italiano que durante estos años de ministerio y vida consagrada por la misericordia de Dios ha prestado grandes servicios a su comunidad en diversas tareas del apostolado a nivel latinoamericano.
Cincuenta años después de su nacimiento en el cielo, las celebraciones de su fundador les ofrecen la oportunidad de reconocer aún mejor el valor profético de su testimonio.
Días después, el entierro en la subcripta de la Reina de los Apóstoles. Allí ha permanecido el Fundador, casi escondido, en la sencillez. Y sus hijos e hijas de la Familia Paulina retomaron su misión y su apostolado.
La reconocemos como una excelente esposa dedicada a su hogar, plena de espiritualidad paulina y de convencimiento de los valores éticos y morales de nuestra querida Iglesia católica.
Gracias doña Asceneth por su legado que ha sido de gran utilidad para nuestro matrimonio y nuestra familia.